lunes, 9 de mayo de 2011

La miel que discurre entre Lambayeque y Estados Unidos

Rompe barreras e ingresa al exigente mercado norteamericano

Delfín Sánchez Sandoval es el apicultor, oriundo del distrito chiclayano de Íllimo, que en el año 2000 encontró un nuevo mercado para la miel que producía desde los 16 años. Su padre fue apicultor y le heredó al morir en 1972 diez colmenas artesanales, con las cuales comenzó un negocio familiar que le permitía subsistir.


Desde hace cuatro años exporta miel a Estados Unidos, mercado en el cual ha logrado colocar 40 toneladas de este producto.Todavía no puede hacerlo directamente porque su negocio es aún pequeño y depende de un intermediario; sin embargo, está buscando la forma de vender su producto directamente.

Actualmente sus colmenas cuentan en la parte inferior con maderas tapizadas con una malla al centro en cuyas celdas las abejas depositan la cera sin problemas. Incluso la nueva técnica para construir una colmena permite superponer pequeñas maderas a modo de celdas pequeñas en cada una de las cuales las abejas depositan la miel.   Cuando se realiza la cosecha de la miel de abeja se retira la madera (a modo de cajón de cómoda) y se saca la malla de donde se extrae la cera de miel que posteriormente es sometida a un proceso de destilación sin la utilización de insumos químicos.

RUMBO AL EXTERIOR

En el año 2000, uno de sus hermanos estableció un contacto con una persona que trabajaba en una empresa exportadora que acopiaba miel de abeja de la zona. Delfín decidió aprovechar la opción y tentar suerte con grandes compradores.  Es así que decide vender su producción a la firma Impesco Perú S.A., una compañía que acopia miel en Chiclayo.

La empresa comenzó pagándole S/. 2.50 por cada kilo de miel. No era un buen precio pero era mejor que seguir intentado colocar toda su producción en el mercado local, al cual tampoco había descuidado. Pero esta vez tenía un nuevo cliente.


Al entrar en el circuito de los acopiadores, conoció a otras empresas que también llegaban a Íllimo: Norperú, Derintar y Coligar, quienes compraban la miel de la zona para enviarla al extranjero. Las transacciones que pudo hacer con este grupo de exportadores le generaron considerables ganancias que le permitieron en este periodo adquirir una camioneta casi nueva para trasladar su producción; máquinas para hacer colmenas, un inmueble para ofrecer su producción localmente, además de ampliar el número de sus colmenas.

CALIDAD
Una vez que ingresó al mercado externo, aún de manera indirecta, Delfín debió buscar las formas de mejorar su producto, además de incrementar el volumen de producción en razón de una mayor demanda del mismo Recurrió a su creatividad y optó por el mecanismo de trashumancia, es decir transportar sus colmenas a bosques secos ubicados en Piura, Cajamarca y Chachapoyas, lo que le ha permitido obtener una producción anual promedio de 100 kilos de miel. “En estos puntos del país aprovecho la flora apícola de especies como el ceibo, el eucalipto o el trébol”, precisa.

La capacidad de innovación también requiere de orientación. Motivado por aprender más, asistió a talleres de capacitación en la Universidad La Molina (Lima) para mejorar su producción “He acudido a cuanto evento nacional, congresos ligados al tema apícola se han dictado en el país y he aprendido mucho y todo eso pongo en práctica en mis faenas cotidianas”, refiere.  Esto llevó a que su producción de miel sea vendida localmente con su propia marca denominada “El Paraíso”. “Tengo una buena cartera de clientes que adquiere habitualmente mi producción así como empresarios nacionales que llevan mi miel hasta la capital.Ya soy un poco conocido”,  manifiesta.

Hoy sus pedidos los recibe por teléfono y mantiene contacto permanente con sus primeros clientes.  El empresario afirma, por experiencia, que para lograr un crecimiento económico sostenido de esta actividad es necesario capacitarse, tecnificarse además de estar debidamente asociado.

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